La Ciencia Espiritual de Rudolf Steiner (1861-1925)

Rudolf Steiner nació el 27 de febrero de 1861 en Kraljevic, una pequeña ciudad en los límites de Austria y Hungría. Dotado desde su infancia de capacidades clarividentes que le permitieron tener acceso al conocimiento de los mundos suprasensibles, su inmenso genio le capacitó para estructurar y regir su clarividencia mediante el poderoso intelecto del que se hallaba dotado. Toda una cosmogonía, como nunca antes había sido expuesta a la consideración del pensamiento occidental, brotó a partir de la actividad de este gran maestro espiritual de los tiempos modernos. Este saber tomó cuerpo en la enseñanza antroposófica, que dejó sentadas las bases de una verdadera renovación espiritual y cultural de la civilización para los próximos siglos de la historia humana. Steiner comenzó a desarrollar la parte más incipiente de su creatividad en un trabajo de línea filosófica con la obra Verdad y Ciencia, que le valió el doctorado en filosofía por la Universidad de Rostock, a la cual se agregó posteriormente una de sus obras más importantes, la Filosofía de la Libertad. En este libro, postulaba su tesis de que el pensamiento podía llegar a utilizarse como un órgano de percepción del mundo espiritual.

Así, a la edad de 29 años, ya con un importante trabajo realizado, comenzó a trabajar en los archivos de Goethe, autor por el cual sentía una especial admiración, asimilando los aspectos esotéricos de su pensamiento, inspirado por la concepción rosacruz del Cosmos, hasta que fué invitado en cierta ocasión a dar una conferencia esotérica en un círculo teosófico como consecuencia de un trabajo que había realizado previamente acerca del relato esotérico de Goethe, La Serpiente Verde y el Hermoso Lirio. De este modo se inició una colaboración de diez años con la Sociedad Teosófica, habiendo sido presentado a sus dirigentes, la señora Annie Bessant y el Coronel Olcott, con quienes estableció una relación inicial de mutuo aprecio que culminó con Steiner a cargo de la presidencia de la Rama Alemana de la Sociedad Teosófica. No obstante, y desde un principio, Steiner se reservó el derecho de hablar únicamente acerca de aquellas experiencias que él hubiera podido comprobar personalmente en los mundos espirituales por medio de su propia investigación clarividente. Finalmente, en el año 1909, y como consecuencia del affaire Krishnamurti, el maestro austriaco se desvinculó de la Sociedad Teosófica y estableció su propio sistema de estudio y enseñanza bajo la denominación de ciencia espiritual antroposófíca. En el terreno del sendero iniciático, Steiner recalca que las prácticas del desarrollo espiritual deben ser adaptadas en Occidente a las necesidades del hombre moderno. Señala que las características propias de este camino exigen un considerable perfeccionamiento moral antes de profundizar en el conocimiento técnico y teórico. En cuanto a sus descripciones del proceso de evolución de la Tierra, analiza lo descubierto mediante la observación directa de aquello que se ha dado en llamar los registros akásicos del universo, que dicen relación con la existencia de cierta clase de luz astral que conserva todas las imágenes de la historia cósmica del hombre. La experiencia espiritual más íntima de Steiner fue su percepción del acontecimiento del Gólgota -la Crucifixión-, mediante la cual se introdujo en nuestro planeta el impulso Crístico que permitió equilibrar las influencias perturbadoras de ciertas entidades opositoras a la evolución humana a las que identificó con los demonios Lucifer y Ahrimán. En resumen, el estudio clarividente de los acontecimientos relatados en los Evangelios permitió a Steiner el establecimiento de unas profundísimas bases esotéricas para el Cristianismo y la concepción del mundo en general. Estas bases serían utilizadas más adelante para la fundación de la llamada Comunidad de Cristianos. A lo largo de sus años de máxima actividad, Steiner marcó pautas invaluables en los ámbitos de las matemáticas, de la astronomía, de las ciencias en general, y de la medicina, la educación, la teología, la arquitectura, la filosofía, el arte, la economía, la política, la agricultura, la ganadería y en los más diversos ámbitos del pensamiento y de la actividad humanos. Personalidad polivalente y universal, únicamente cabría compararla con el inmenso genio de personalidades como Leonardo Da Vinci o Aristóteles. Fuertemente sensibilizado por las destrucción de su obra maestra, el famoso primer Goethaneum –construcción realizada bajo los mismos principios que rigen la el crecimiento de las estructuras orgánicas en la naturaleza–, que estaba destinada a ser un centro de estudio y de reunión de investigadores espirituales de todo el mundo, Rudolf Steiner murió el día 30 de marzo del año de 1925. Sin embargo su colosal legado espiritual, continúa hoy y por siempre iluminando el camino de todos los genuinos buscadores de la Verdad. La Ciencia Espiritual de orientación antroposófica busca despertar en la humanidad el anhelo de búsqueda del perfeccionamiento interior. En la actualidad se encuentran establecidas y bien acreditadas las distintas instituciones culturales fundamentadas sobre los principios de la antroposofía. Entre ellas son bien conocidas las escuelas Waldorf, la medicina antroposófica, la agricultura biológico dinámica, la euritmia, etc. El movimiento antroposófico tiene su sede principal en el reconstruido Goetheanum, en Dornach, Suiza, con la Escuela Superior Autónoma para la Ciencia Espiritual. Igualmente, se han formado sociedades regionales en la mayoría de los países del mundo occidental, incluida toda Sudamérica. La obra de Rudolf Steiner encuentra su expresión literaria en sus libros básicos: Filosofía de la Libertad, Teosofía, Tratado de Ciencia Oculta y ¿Cómo se adquiere el conocimiento de los Mundos Superiores? A éstos textos fundamentales se suman las muchísimas conferencias ya publicadas y las que aún faltan por editar.

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